La crisis de Líbano, la oportunidad de Irán

La crisis económico-política en Líbano alcanzó su punto de “no retorno” tras la explosión en el puerto de Beirut de un silo con nitrato de amonio provocando la explosión no nuclear más potente de la historia.

Ese suceso acaecido el día 4 de agosto de 2020 hizo que se terminara de hundir económica y socialmente el gobierno libanés al cual hacen responsables totalmente de las víctimas y de los daños, creando una desconfianza plena del pueblo libanés por la manera poco transparente  que han llevado el gobierno la investigación del suceso.

Desde entonces su economía y su política se ha ido hundiendo en el lodo, los estamentos han ido colapsando y como era de esperar las Fuerzas Armadas están sufriendo la crisis más fuerte de la historia de Líbano.

La Fuerzas Armadas, único pilar común de un país fracturado donde conviven 18 grupos religiosos, pide ayuda internacional para dar de comer a los soldados, así lo solicitó el jefe del Estado Mayor del Ejército Libanés el Gral. Aoun.

Para hacerse un idea de la importancia que tiene el ejército en la sociedad libanesa, las ayudas internacionales se le entrega al ejército dado que los países donantes no tienen confianza suficiente en los políticos y en el gobierno libanés.

Leche, harina, medicinas, combustible, piezas de recambio… Esta es la lista que ha realizado para poder alimentar y mantener a sus tropas. 

Estas ayudas están siendo lideradas por Francia después del fracaso de intentar apoyar y alentar la creación de un nuevo gobierno el cual los propios políticos libaneses no se ponen de acuerdo ni en la elección de un gobierno de transición, pero Francia no quiere perder influencia y se ha volcado con la sociedad civil y el ejército sabiendo el peso que tiene en la estructura social y política de Líbano.

Francia no quiere perder el contacto y el buen trato con Líbano desde que fue una colonia de que alcanzó la independencia el 22 de diciembre de 1943, esa necesidad de tratar de ayudar a Líbano en superar la crisis se ha acentuado más desde que se descubrió dentro de las aguas territoriales de Líbano posiblemente  una de las mayores  bolsas  de petróleo y gas de Oriente Medio, de la cual Francia con su compañía Total está haciendo prospecciones al haber adquirido la licencia junto con Italia y Rusia en un sector que viene a representar el 9% de la superficie a explotar,  estando el resto todavía sin adjudicar.

España también ha colaborado en las ayudas con un presupuesto que alcanzará el medio millón de euros del cual ya han sido entregadas las primeras 21.000 raciones de campaña.

Más de 3.000 soldados, de los 80.000 que cuenta el Ejército Libanés  en sus filas, han abandonado los cuarteles desde principios de año a causa de los recortes salariales necesarios para el sostenimiento del ejército, eso unido a la devaluación de la moneda hace que un soldado cobre apenas unos 70 dólares  mensuales, lo que produce que sea  mucho más fácil poder corromper a los soldados por parte de los traficantes de drogas y armas que cruzan la frontera con Siria todos los días.

Se estima que el presupuesto anual de defensa para el mantenimiento de las unidades y sus salarios son aproximadamente unos 100 millones de dólares anuales.

El colapso ha llegado en menos de un año si se toma como momento inicial la explosión del puerto de Beirut.

Para hacerse una idea de la situación, el ejército está  intentando conseguir dinero ofreciendo viajes turísticos en helicóptero para recaudar fondos ante la crisis económica.

El ejército es el único contrapoder efectivo ante las bien equipadas milicias

 pro-iraníes de Hezbolá, que está recibiendo su salario en dólares gracias a su financiación exterior vía Irán.

Hezbollah (“Partido de Dios”) es un partido político libanés con su ala paramilitar considerado grupo terrorista por muchos países y con estrechos vínculos con Irán y el régimen de Assad en Siria. El partido apoya las ambiciones regionales de Teherán a cambio de apoyo militar, financiero y político. 

Hezbollah es el actor no estatal más fuertemente armado del mundo, y ha sido descrito como “una milicia entrenada como  un ejército y equipado como un estado.” Esto es especialmente cierto con respecto a sus arsenales de misiles y cohetes, que Hezbollah ha utilizado en grandes cantidades contra Israel.

El arsenal de Hezbollah está compuesto principalmente por cohetes de artillería de superficie a superficie pequeños, portátiles y no guiados.  Aunque estos dispositivos carecen de precisión, su gran número los convierte en armas de terror efectivas.

Según fuentes israelíes, Hezbollah tenía alrededor de 15.000 cohetes y misiles durante la Guerra del Líbano de 2006, disparando casi 4.000 contra Israel durante el conflicto de 34 días. 

Desde entonces, Hezbollah ha ampliado su arsenal de cohetes, que hoy se estima en 130.000

Esta crisis está acentuando la influencia de Hezbollah en el gobierno libanés  que anteriormente se mantenía el equilibrio gracias al ejército, pero se está creando un vacío de poder que Irán no va a desaprovechar para alcanzar con sus tentáculos un lugar tan estratégico como Líbano a través de su filial Hezbollah.

Ya antes de la crisis el partido gozaba de una influencia basada en el poder bélico, produciendo tal temor en el gobierno que prácticamente tenía secuestrada la libertad de decisión incluso sin ser el partido más votado, pero era el partido llave que dividía que era lo que se votaba o lo que no.

Su líder Hassan Nasrallah  tiene el mismo poder de decisión que el presidente de la República Michel Aoun, el cual dada sus buenas relaciones mantiene su posición de presidente de manera casi vitalicia.  


Autor:
Administrador de INDEFENCE (Canal de Telegram especializado en inteligencia y geoestrategia)


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