Es buen momento para hablar y conocer a Juan Martín Díez, «El Empecinado». Un militar vocacional español que combatió en la Guerra del Rosellón y posteriormente en la Guerra de Independencia española contra las tropas invasoras francesas. En la Guerra de Independencia participó en varias batallas perdidas en campo abierto, lo cual le hizo cambiar de mentalidad y pensar en una estrategia militar no practicada en la época. Esta nueva estrategia sería la formación de pequeños grupos de personas con ciertas habilidades especiales que les capacitaban para atacar las líneas de suministros del enemigo, comunicaciones o cualquier objetivo deseable de eliminar, se podría decir, que fue el precursor de las unidades de élite que años después intervendrían en la Segunda Guerra Mundial (OSS), Guerra de Borneo (SAS), Guerra de Vietnam (Special Forces Group) etc… Hoy en día, este tipo de acción es uno de los brazos principales de la conocida como guerra asimétrica en la que se enfrenta un enemigo poderoso contra otro claramente inferior, en el que el segundo, con ocasión del conocimiento de terreno, de la agilidad de operar en pequeños comandos, del factor sorpresa, de la capacidad de huida etc, está causando grandes daños a las fuerzas de ocupación, como está sucediendo en Ucrania, donde este tipo de acciones se están dando con cada vez mayor frecuencia, ocasionando un gran desgaste a las Fuerzas Armadas rusas, incluyendo a las todopoderosas unidades acorazadas, que han sufrido innumerables pérdidas desde el inicio de la operación rusa en terreno ucraniano. Rusia ha desplegado un gran número de carros de combate en territorio ucraniano para intentar tomar el control del país en una guerra relámpago (blitzkrieg en alemán) que ha sido totalmente fallida gracias al aguante y posterior empuje de las fuerzas defensivas ucranianas, que gracias a su labor y al suministro de material bélico por parte de innumerables países amigos, han conseguido frenar el avance ruso, que se ha visto obligado a detener ese avance y cambiar los objetivos de manera drástica, limitándolos a conseguir tomar el control total de los oblast de más tradición rusa como Lugansk y Donbas. Las Fuerzas Armadas rusas han sufrido innumerables pérdidas humanas y materiales, esto nunca admitido por un Kremlin que juega con unas reglas similares a las del silencio soviético de tiempos pasados pero que hoy nos quedan muy presentes.
Como conclusión diremos que nuestro Empecinado antecesor, fue el creador de una táctica militar utilizada actualmente con gran éxito, allá donde se deban de ejecutar una misión diferente a las ejercidas por las fuerzas regulares.