Predicamos constantemente que no hay que disparar si estás detrás de tus compañeros. Las personas podemos ser impredecibles y movernos rápidamente hacia arriba, hacia abajo y lateralmente antes de que tu mente pueda procesar el movimiento y decirte que dejes de apretar ese gatillo.
Las personas entramos en una visión de túnel enfocándonos en los objetivos a través de la ópticas y miras, provocando accidentes tan terribles como el del vídeo.